Hace dos semanas, pregunté por las historias de Instagram, "¿qué puedes hacer esta semana que te lleve a estar más cerquita de la vida qué quieres? Tus sueños están a la distancia de una acción". Me sorprendió que casi todas las respuestas tenían una acción en común: dejar de usar tanto el celular. Para ser sincera desde el año pasado a mediados de octubre, cuando empecé este proyecto de Lotopsicoterapia, he percibido como el uso de mis redes sociales ha incrementado. Me sorprende como de una forma tan automática cojo mi celular, lo desbloqueo, entro a instagram, primero a Loto y después a mi cuenta personal. No importa que esté haciendo, no importa si estoy en cine, esperando el transporte, compartiendo con mi pareja, en clase o cocinando, automáticamente, entro, miro las historias, le doy un vistazo al feed y vuelvo a la actividad que estaba haciendo. El único problema es que se me está dificultando volver, ya que lo hago después de mucho tiempo, me puedo quedar revisando mis redes, horas y horas y más horas.
Si bien las redes sociales, me han permitido construir el proyecto de mis sueños, contactarme con las personas que quiero, mantenerme informada sobre mi país (y de verdad que estoy muy agradecida por los creadores de instagram, Facebook, Whatsapp), también me han llevado a desarrollar un comportamiento automático que a veces percibo como nocivo.
Nocivo porque me pierdo, de mí, de mi presente, de mi alrededor, de los míos, de lo que quiero, de la naturaleza, de los olores, de los sabores, de las interacciones, de la conexión con el otro en vivo y en directo (cosa que le da sentido a mi vida, mi gran motor es la interacción con los demás).
¡Wow!, de verdad que este tema de las redes ha rondado por mi cabeza mucho tiempo, me pregunto: ¿Me acercan o me alejan de la vida que quiero? y la respuesta la tengo en la punta de la lengua, pero no logro descifrarla del todo.
Pienso que por un lado me acercan, me han permitido construir una vida que me gusta, que va a mi ritmo, con mis rutinas, y de verdad que ¡GRACIAS! a las redes por esto. Estoy 100% segura de que el problema no son ellas, el problema es que me estoy enganchando fácilmente en los momentos en los que no tengo que engancharme, que es muy rico estar ahí, que es muy rico recibir likes, comentarios, mensajes directos, pero que todo tiene su tiempo.
Viéndolo así, lo que creo que es más funcional, es aprender a discriminar cuando sí y cuando no, hacer un listado de las veces en las que es mejor evitar su uso, y las veces en las que sí es útil. Educar a mi mente, para que discrimine, y mantenerla en hacer las cosas que hago "una sola cosa a la vez".
Me genera curiosidad una vida sin redes, pero no quiero sacarlas del todo de mi vida, después de todo, tengo mucho agradecimiento por ellas. Pero quisiera ver desde otra perspectiva que es lo ¿qué nos estamos perdiendo? por andar en las redes y tenerlas como comodín de evitación. Así que le pedí a mi mejor amigo que escribiera un poco de su vida sin redes, para así conocer los detalles minuciosos de que nos estamos perdiendo para ver si lo podemos integrar a una vida en equilibrio, donde usemos las redes cuando nos sea útil, e interactuemos sanamente con nuestro alrededor.
Antes de mostrarles lo que escribió David, voy a presentarlo como se debe.
David Moreno, es un ser humano VALIENTE. Es una persona que reconoce sus miedos, pero en ningún momento estos lo detienen. Es un ser noble, servicial y muy práctico. Se detiene a sentir, se permite ser ser humano, disfruta la vida como quiere, tiene la habilidad de hacer reír, su amabilidad se ve a metros. Mejor dicho me desbordo de amor, y sobretodo de agradecimiento por su presencia en mi vida. Bueno, ya mucha presentación y mucha cosa, vamos a lo que es, con ustedes, la sabiduría de David Moreno.
DAVID DICE:
Yo hace un par de meses decidí que quería alejarme un poco de las redes sociales, razón por la cual opté por pedirle a un amigo que cambiará las claves y las tuviera él, hice esto para que fuese más difícil ingresar, pues con eso me di cuenta que el negocio es que no las cierres, te ponen trabas y peros para ello. Un ejemplo, intenten cerrar Instagram desde la aplicación del celular, no se puede, para desactivarla tiene su truco.
Fue un tiempo total de dos meses, me hubiera gustado que hubiera sido más largo, pero de eso aprendí bastante, y lo que rescató más es que es no es nada complicado como podría llegar a pensar uno inicialmente, de hecho, me dejo un montón de enseñanzas que quiero compartir.
Este periodo creo que lo puedo dividir en tres partes principales, y será más fácil entender el proceso que viví, llamémoslas adaptación, confort y duda.
Adaptación: La costumbre que uno crea frente a eso es impresionante y la identifique de inmediato los próximos días, tomar el celular y no tener que revisar, como personas de hábitos creamos rutinas, y me di cuenta que las tenía muy definidas frente al uso de redes, un ejemplo de ello es que despertaba y lo primero que hacía era revisar un poco que había pasado la noche anterior, ver que había subido la gente. De igual manera, en el transporte camino al trabajo, me decía “revisemos mientras llegamos”, entre otros varios momentos del día a día. Al ver está dependencia y que ya no tenía como cubrirla, el hábito cambia, entonces pasé a despertar y salir a saludar directamente a la familia, pararme a bañarme o a hacer algo distinto, y aquí empezaron las cosas que se ganan, en aprovechar más el día, estar más tiempo en familia, compartir con ellos, disfrutas de su presencia, que estoy seguro es de las cosas que más perdemos hoy en día por estar en el celular o metidos en nuestra burbujita tecnológica.
Confort: Seguido a esto, empieza la época de confort en que empiezas a disfrutar la situación y a evidenciar que no es nada complicada como uno puede creer, incluso tu circulo o al menos el cercano, empieza a evidenciar que ya no apareces por ningún lado. Es curioso que al ver esto, la gente siempre se va por un escenarios pesimista, con preocupación al creer que algo anda mal, pero no, simplemente es una desconexión de esa realidad no tan real creo yo. En este punto del proceso, identifique la segunda ganancia, una muy importante y es que creía que me desconectaría un poco, de hecho, me acerco más a las personas, no obstante, vale aclarar, me acercó con las personas con quien quería compartir. A lo que me refiero es que ya no vas a saber si alguien está bien, salió de rumba, está de viaje a menos que le preguntes, lo que da pie a conversar más y vemos con más frecuencia frases como, cuéntame qué has hecho, ya no sé nada de ti, cómo va todo en tu vida, y frases que vienen de personas en quién sentí entera sinceridad en saber si todo en mi vida iba bien, y era muy bueno poder decirles que sí, que afortunadamente todo estaba muy bien. Punto muy grande, a favor, de todo esto.
Duda: Y por último, como cualquier proceso en la vida, luego de alcanzar un punto de confort viene la duda, esto lo afirmo porque siento que en varios punto de vida, uno siente que todo va en calma y que quiere algo más, académicamente, laboralmente, personalmente, y otro par de “Mentes” que se puedan pensar. A razón de esto, empecé a preguntarme si de pronto ya podría continuar con esto y volver al uso de las redes, en efecto, volví. No obstante, siento que volví con una idea diferente, incluso me cree el hábito de restricción y darle un uso de 35 minutos al día, capaz luego lo reduzca, pero siento que es un avance, un avance en el pensamiento de disfrutar más el mundo que tenemos, de actividades que alimenten el alma, la personalidad, ya que todo esto es un camino a la felicidad. Nada más feo ver que estamos desviados de este camino.
De todo esto, les puedo resumir que ese tiempo de vida, corto pero sustancioso, me dejó varias enseñanzas al respecto y les quiero decir que nos estamos perdiendo del mundo, de las personas que nos rodean. Disfrutemos nuestras familias, porque del mañana no tenemos nada seguro. Adicionalmente a esto, también me gustaría resaltar y que cada quien se haga una evaluación sobre el uso que le está dando a las redes, las usamos para conectarnos o propiamente desconectarnos de nuestra realidad?. El tiempo avanza y nada volverá.
LINA DICE:
¡Wow!, realmente me parece muy reveladora la experiencia de David, recalco lo que describe sobre las interacciones con los demás, como damos por hecho como se encuentran, basados en sus redes sociales.
Como lo primero que hacemos en el día es revisar el celular en vez de saludar, en vez de conectarnos con nosotros mismos y después con los demás. Para mí fue lo más revelador y lo que más me gustaría pararle bolas de ahora en adelante. ¿Para ti qué fue lo más revelador de lo que dijo David?
Comments